Se dice que las personas podríamos ser como lápices,
y nuestros procesos de la vida, podrían ser como el agua mar.
Como lápices, que logran construir a través de la creatividad,
como lápices, que logran recontruirse sacando punta,
un proceso que significa el principio del fin,
sin embargo otorga un nuevo crecimiento y
una nueva posibilidad para crear algo.
Las construcciones que se generen,
gracias al lápiz
varían dependiendo de la forma en cómo se utiliza éste.
Así como también,
se presenta el momento
en que se extingue la vida del lápiz.
Existen momentos y procesos de la vida,
que nos llevan como una ola o una rueda de la fortuna,
en un vertiginoso camino de altos y bajos,
a veces somos arrastrados por las olas,
otras veces nos dejamos llevar y simplemente flotamos,
otras veces llegamos a la orilla,
y otras no tocamos fondo.
Queda simplemente,
construir y crear,
apreciando
la sabiduría que
entrega el agua mar.
“Sino crees que tu vida va a durar para siempre ¿por qué titubeas en cambiar? No desperdicies en tonterías tus actos sobre la tierra.”
(Don Juan Matus)
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